ESTUDIOS REALIZADOS EN EL ÁREA DE LA CULTURA LAMBAYEQUE
Desde 1930 hasta 1969, los dueños de la hacienda Batán Grande, se entregaron al huaqueo sistemática. El Huaquero empezó a finales de 1920 debido a algunos objetos de oro en las tumbas de Sicàn. El Huaquero en Roma representa uno de los más extensos a internos trabajos de depredación cultural realizada en América en la era moderna.
Alojado dentro de un inmenso bloque de algarrobos los nos es de fácil acceso. Bennet encontró grandes entierros Sicàn Media, pero asoció los objetos al periodo Chimù, entre Chimù Temprano y Chimù Tardío (Mochica y chimù Imperial).
Uhle en 1903 vio el Sicán Tardío, los señores menos distinguidos de una generación; lustre (Huari); en su estilo tuvo clara influencia Mochica y Huari vista como Tiwanch.
En Julio de 1991, un sensacional hallazgo por le Laponio Dr. Izumi Shinrada del Museo Peabody de la Universidad de Harvard en EEUU, dirige desde 1978 Proyecto Arqueológico de Sicàn (PAS). 16 años estudiando las técnicas de Sicán, su organización social y su proyección en otras zonas del Perú.
Gracias al apoyo de “Tokio Broudcasting Sistem”, el PAS inicia la excavación de tres tumbas, una intacta y dios saqueados en aparte, en la zona de Dacha Loro.
Izumi shimada
Los estudios más exhaustivos sobre la cultura Lambayeque han sido llevados
a cabo por el arqueólogo Izumi Shimada, quien realizó excavaciones en el área
de Batán Grande durante más de diez años. Shimada ha ido definiendo lo que
fue la cultura Lamabayeque, o como él prefiere, la cultura Sicán.
Un aporte de
sus investigaciones ha sido la profundización del conocimiento sobre la
metalurgia Sicán, en base del descubrimiento de gran cantidad de hornos,
deshechos de fundición y tubos de soplado hechos de cerámica.
Estos restos
han llevado a los investigadores a concluir que se trataba de un importante
centro metalúrgico que subsistió hasta después de la conquista de la cultura
Chimú. Shimada considera que existen evidencias que sugieren que hubo
intercambios culturales con el centro de Pachacámac, en la costa de Lima;
así como relaciones económicas con la cultura Wari a través de intermediarios.
• TEMPRANAS MANIFESTACIONES CULTURALES EN LA REGION LAMBAYEQUE (POR WALTER ALVA ALVA):
Hasta fechas recientes, la literatura arqueológica peruana demostraba que la región de Lambayeque, fue escenario de un explosivo desarrollo cultural a partir del periodo conocido como fines del intermedio temprano; es decir, desde los siglos VI y VII de nuestra era, desarrollo que alcanzó su máximo apogeo en la época clásica de la cultura Lambayeque (siglos VIII al XIII), representada fundamentalmente por su extraordinaria arquitectura monumental (Chotuna, Túcume, Batan Grande y Apurlec, su sofisticada tecnología hidráulica inter-valles, una asombrosa producción de objetos de oro, para uso ritual y su peculiar cerámica, generada en la mezcla de los estilos Mochica y Huari.
Las investigaciones mayormente orientadas a la costa central y nor- central, demostraban también que estas regiones poseían largas secuencias históricas de desarrollo, desde las lejanas épocas del pre cerámico, no detectadas en ese departamento. (Mendoza Samillan 1985. 53).
La cultura Lambayeque, fue académicamente dejada de lado por los estudiosos de la arqueología
peruana y el espacio geográfico en el cual se desarrollo fue históricamente calificado como marginal y dependiente de otros desarrollos culturales de más al Sur (Zevallos 1989; Wester la Torre 2010)
Paralelo a esta interpretación muchas de sus expresiones culturales fueron catalogadas como Chimú, sin embargo este panorama interpretativo cambiaria a partir de la década del 70, debido a las investigaciones realizadas en la región por profesionales nacionales y extranjeros. Las nuevas investigaciones brindaron una renovada interpretación de la prehistoria de la región; definiendo al desarrollo Lambayeque como un pueblo con manifestaciones culturales propias, que mantuvieron su autonomía ideológica por más de 600 años, aun bajo la subyugación y opresión de grupos exógenos que trataron de imponer sus tradiciones.
Los primeros estudios en la región pueden considerarse como meras descripciones generales, comentarios y recopilaciones realizadas por cronistas, viajeros y eclesiásticos durante y después de la conquista hispana en territorio andino.
Correspondería a Francisco López de Xerez (1737) la primera referencia escrita concerniente al área de Lambayeque, como parte de la expedición realizada durante la conquista desde la ciudad de San Miguel de Piura hasta Cajamarca. Posteriormente el príncipe de los cronistas, Pedro Cieza de León (1553), sería el primero en visitar y describir el sitio de Túcume, quince años después de la toma de Cajamarca.
Miguel Cabello Valboa (1586), padre dominico, en su obra magistral “Miscelánea Antártica”, proporciona mayor información referente a los orígenes de los antiguos pobladores de los valles de Lambayeque, haciendo mención al arribo de un héroe civilizador de origen remoto, de nombre Naimlap, fundador de la primera dinastía del reino Lambayeque. Este relato mítico fue recogido por Valboa en 1581 durante su permanecía en la región, cuya versión original se conserva en la Universidad de Austin en Texas.
Posteriormente, Justo Modesto Rubiños y Andrade (1782), párroco de Mórrope y Pacora, registró en Túcume, aunque independientemente y desconociendo la versión de Valboa, el relato de Naimlap, aunque mucho más reducida con respecto a la que recopilara Valboa.
El pionero en trata de probar la veracidad de la leyenda de Naimlap fue Hans Heinrich Bruning (1922) publicó su obra “Estudios Monográficos de Lambayeque”, en la cual realiza un análisis etnohistórico de la leyenda, relacionándola con los diferentes sitios arqueológicos en la región, sugiriendo a Chotuna como el posible templo de “Chot”, mandado a construir por Naimlap a su arribo a estas tierras. Mas reciente Julio Rucabado (2008) ha propuesto que este relato cumpliría un rol ideológico importante, como parte de un discurso de justificación o legitimización del poder político y control social de las elite instaladas bajo principios totémicos de culto a los ancestros (Rucabado 2008; Marusic 2011).
En 1638, Fray Antonio de la Calancha, realizó descripciones referente a las diversas manifestaciones culturales de los habitantes de la costa norte peruana. Fernando de la Carrera (1644), religioso nacido en la actual región de Lambayeque, recopilo información lingüística sobre la lengua “Muchic”, y elaboró un vocabulario con propósitos evangelizadores, publicado en su obra el "Arte de la lengua yunga" (Wester la Torre, 2010).
Corresponde a Thomas J. Hutchinson (1820- 1985), explorador y diplomático Anglo-irlandés del siglo XIX, la primera descripción de Chotuna, publicado en su libro “Two Years in Perú” (1874), consecuencia de su breve visita al sitio y durante su permanencia en el Perú como cónsul ingles en el Callao (1970 -1973).
Lambayeque seria una de las pocas regiones que Uhle no visitara, sin embargo describió (1903) al Sicán medio como uno de los varios estilos “epigonales” regionales, que surgieron de la amplia difusión de los estilos Wari, en aquella época conocido como Tiwanaku, en 1959 Uhle denominaría a la cultura Lambayeque como “Eten”, inspirándose en el nombre de uno de los puertos de la zona.
Hans Heinrich Bruning (1916) apareció nuevamente en el panorama académico con los hallazgos de pintura mural en Huaca Pintada.
Sin embargo el primer trabajo científico fue realizado por Alfred Kroeber (1926), quien recolectó piezas para el Field Museum of Chicago, regresando en 1929 a Lambayeque donde analizó el estilo clásico de la región, notando que es diferente a los demás, denominándolo North Chimú y Chimú Cursivo (Zevallos, 1971; Wester la Torre, 2010), dando Inicia a la era de la “chimuización” de los materiales Lambayeque, la cual persistiría hasta la década de los 80 con términos como “Chimú del Norte” o “Chimú norteño” (Ravines, 1980)
En 1937, Julio C. Tello visitaría brevemente la región para inspeccionar el área depredada un año antes en el sitio de Huaca las Estacas en Batan Grande, en Pomac, dentro del contexto generado por los descubrimientos de oro arqueológico saqueado en la zona, entre estas piezas el célebre “Tumi de Illimo”, el cual tuvo la oportunidad de apreciar en Lima junto con la colección de la Casa Weisch, proveniente de Batan Grande, Estos hallazgos permanecieron posteriormente en la Bóveda del Museo de Antropología y Arqueología de Lima hasta 1981 en que fueron sustraídos clandestinamente. Sin embargo Luis E. Valcárcel (1937) aprovecharía la evidencia arqueológica para sugerir la posible relación entre Naimlap y el personaje de rasgos ornitomorfos que aparece en el “Tumi de Illimo”.
Wendell C. Bennett (1936-1939)), ejecutó los primeros estudios de campo en la región, relacionados con el análisis y excavación de una serie de contextos funerarios modestos de la fase Sicán medio al Este de Cerro la Raya en Túcume, clasificándolos como del periodo “Chimú medio” (Bennett, 1939: 122), notando que eran transicionales entre “Chimú Temprano” (Mochica) y “Chimú Tardío” (Chimú imperial o expansivo). Posteriormente Bennett (1946) se mostraría indeciso con la “Chimuización cultural”.
En 1941, excavadores clandestinos descubrirían paredes decoradas con frisos en bajo relieves en Huaca de los Frisos (Chotuna), en aquella época conocida como Huaca Gloria, estos relieves presentaban similitud con los de Huaca El Dragón, en el valle de Moche. Poco tiempo después al saqueo Julio Rondón realizo las primeras fotografías de los frisos de Chotuna, publicadas en 1944 por Kroeber.
Posteriormente en 1942, Jorge C. Muelle realizó el análisis de la cerámica paleteada recolectada en los valles de Saña y la Leche, concluyendo que esta técnica es típica y representa un continuum cultural en la región de Lambayeque.
El Geógrafo Norteamericano, Paul Kosok (1940-1948), investigó en varios sitios arqueológicos de la región, entre ellos Batan Grande (1942, 1959, 1965) y Túcume, como parte de sus intentos por entender los sistemas de irrigación de la Costa Norte. Su compañero de trabajo, Shaedel, por otro lado, descubriría en 1948, murales en el sitio de Huaca del Loro, en Batan Grande.
Rafael Larco Hoyle (1948) fue el primero en usar categóricamente el término “Cultura Lambayeque”, al mismo tiempo la incluyo dentro del marco temporal de su estudio “Cronología Arqueológica del Norte del Perú” (Wester la Torre: 2010). No obstante siete años más tarde el reconocido antropólogo norteamericano John H. Rowe va a denominar a las singularidades Lambayeque como Chimú.
En 1953 un grupo de excavadores clandestinos depredaron parte de la plataforma II de Huaca Larga en Túcume, revelando parte de un elemento arquitectónico complejo con pintura mural tricolor con la representación del típico motivo Lambayeque del ave zambullidora. Posteriormente Herman Trimborn realizo investigaciones en varios sitios de la región, entre ellos Chotuna y Túcume (1960-1970) proponiendo los primeros fechados radiocarbónico para Túcume (1000 d.C - 1300 d.C) y planteo además que la duración de la dinastía de Naimlap se ubica entre el siglo XI hasta el siglo XIV. Posterior a este periodo devendría un periodo denominado por él como “Interregnum” caracterizado por la presencia de “Señoríos Independiente” que continuarían hasta la llegada de los conquistadores Chimú.
Jorge Zevallos (1971-1989) seria el delegado para separar y diferenciar el material que había sido “Chimuizado” por otros investigadores desde Kroeber (1929) hasta Rowe (1955). Iniciándose así, una nueva era en las investigaciones en la región. Este estudio permitiría establecer la primera tipología de la cerámica Lambayeque I, agrupada en seis tipos de acuerdo a principios morfológicos, tecnológicos y estilísticos.
Los esposos y arqueólogos Walter Alva y Susana Meneses (1978) realizaron periódicos reconocimientos sistemáticos en la parte baja del Valle de Saña logrando descubrir evidencias de pintura mural policroma asociada a un recinto de filiación cultural Lambayeque; debido al panorama académico y económico de la época no se realizaría investigación alguna hasta octubre y noviembre de 1983, gracias al apoyo del Instituto Arqueológico Alemán, dirigido por H. Müller- karpe y la cooperativa agraria de Ucupe, bajo la dirección de Giorgio Battistini. El proyecto estuvo dirigido por Walter Alva, las investigaciones expusieron un recinto mural que presentaba un conjunto de personajes hieráticos suntuosamente ataviados. Los resultados publicados en 1984 sugirieron que el mural haría referencia a la leyenda de Naimlap y/o una sucesión dinástica de soberanos Lambayeque.
Paralelo el arqueólogo japonés Izumi Shimada (1978) inicia sus excavaciones en la zona de Batan Grande, como parte del proyecto arqueológico Sicán, bajo el auspicio de la National Geographic Society y de las Universidades de Princeton y Harvard. Posteriormente recibe financiamiento de la Tokio Broadcasting System y de la Cooperativa Agraria Pucalá, Anexo Batan Grande.
Las sucesivas campañas llevaron a Shimada a postular al sitio de Batan Grande como la capital de la cultura Lambayeque durante su fase media. Ubicándola cronológicamente durante el Horizonte medio, época 2 de Menzel (1968); o época Wari II, según Lumbreras (1969).
Shimada además sostuvo que la cultura Lambayeque es una síntesis independiente de elementos Moche y Wari y que la denominación cultural correcta debería ser Sicán y no Lambayeque, basándose en un documento del Archivo General de Indias (Sevilla, 1536), donde se menciona que el área de Batan Grande era denominada “Sicani” o “Cani”.
Entre 1991 y 1992, Shimada realizo grandes descubrimientos de contextos funerarios elite en los sitio de Huaca Loro y Huacas la Ventanas. Además hallo un textil recubierto con yeso y con pintura policroma con la representación de la Deidad Sicán en Huaca las Ventana en 1992.
Finalmente el trabajo continuo de Shimada arrojó la siguiente secuencia cronológica: Sicán Temprano (700-900 d.C.), Sicán Medio (900-1100 d.C.), Sicán Tardío (1100-1350 d.C.).
Thor Heyerdahl, que ya había visitado Túcume en 1987, fue el auspiciador y fundador del Proyecto Arqueológico Túcume. Este proyecto significo la cooperación binacional noruego – peruana, organizada por el Museo Kon- Tiki de Oslo. Estuvo dirigido en un primer momento por Walter Alva y Arne Skjolsvold. Posteriormente debido a los magníficos descubrimientos de Sipan, Walter Alva no pudo seguir con las excavaciones. Alfredo Narváez (1995-1996), Daniel H. Sandweiss (1988-1993) fueron los encargados de tomar la codirección del proyecto. Las investigaciones evidenciaron el papel de Túcume como gran centro ceremonial, con tres ocupaciones claramente visibles: Lambayeque Tardío, Chimú y Chimú- Inca.
Desde 1991 el programa arqueológico San José de Moro viene excavando más de 492 contexto funerarios, de los cuales 60 corresponden a la ocupación Lambayeque. El 2003 iniciaron excavaciones en el área 33, localizada en la zona central del sector conocido como “Cancha de Futbol”, donde se registro una sorprendente cantidad de tumbas Lambayeque. Desde este sentido, el programa arqueológico San José de Moro ha logrado recuperar información referente a los comienzos de la tradición Lambayeque, sugiriendo un posible génesis en el valle de Jequetepeque (Castillo et al 2008; Prieto 2009; Prieto & Cusicanqui 2008).
Finalmente las últimas investigaciones relacionadas con los orígenes y colapso de la cultura Lambayeque en las región, viene realizándose por el proyecto multidisciplinario Chotuna- Chornancap, organizado por la unidad ejecutora 015 - Proyecto especial Naimlap y el Museo Nacional Bruning, dirigido por el Arqueólogo Carlos Wester la Torre. Dichos trabajos científicos realizados por investigadores nacionales y extranjero iniciaron el 2006 y finalizaron con la publicación del libro “Chotuna – Chornancap: templos, rituales y ancestros Lambayeque”.
Las investigaciones en el complejo establecieron una serie de contextos arqueológicos claramente definidos. Durante la temporada de julio de 2006 hasta diciembre de 2009 se hallaron más de 33 entierros humanos y de camélidos en Huacas de los Sacrificios, anteriormente conocida como Huaca Norte; también se continúo con la excavación de los frisos de Huaca Gloria, excavados anteriormente por Christopher Donnan, y hoy rebautizados como huaca de los Frisos; huaca de la Ola Antropomorfa, donde se evidencio un templo con pintura mural policroma con el motivo clásico de la ola antropomorfa y relacionada con Naimlap y en Huaca Chornancap se continuó con la excavación del patio donde Donnan hallo pintura mural policroma, donde se representaría una procesión o desfile de prisioneros con la presencia de personaje de alto status de frente, posiblemente este mural seria contemporáneo con los del sitio de Úcupe.
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